sábado, 24 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
El descanso
He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor, es cierto. Shakespeare dijo: Los viajes terminan, con el encuentro de los enamorados. ¡Qué idea más extraordinaria!
Supongo que pienso en el amor más de lo que debería. Me admira constantemente su abrumador poder de alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego. Pues bien, estoy segura de que eso es verdad.
Para algunas personas, de forma inexplicable el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente, se va.
Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel. Aquél que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama “Amor no correspondido” Y en ese apartado, soy una experta.
La mayoría de historias de amor, hablan de personas que se enamoran entre sí.
Pero ¿Qué pasa con las demás?
La de aquellos quienes nos enamoramos solos.
Somos víctimas de una aventura unilateral.
Tortura por voluntad propia, amargos años, sin duda los peores de mi vida: las peores navidades, los peores cumpleaños. Rabietas que acaban con lágrimas y Valium.
Esta película ni es tan buena, pero el día que la vi me sentí profundamente identificada con esta parte del guión...
lunes, 19 de enero de 2009
Hombres lentos
c dice:
¿cielo estas en tu cuarto?
X dice:
no...estoy en la sala, es que la lap está demasiado lenta
X dice:
se traba demasiado, ha de tener un virus
c dice:
tambien tendrá muchas cosas ya guardadas
X dice:
si, tambien eso
c dice:
hasta yo estoy algo lento
X dice:
jajaja
X dice:
has de tener virus
C dice:
No, por guardarte tanto amor
martes, 13 de enero de 2009
Pita descubre una palabra nueva
Hay días como hoy, en que tengo mucho trabajo y aqui sigo, desvelada.
¿Alguno se acuerda de esa lección? ¡Ah, yo si! Y miren, aquí la tengo para los que quieran saber de lo que hablo.
Una mañana Tomás y Anita entraron en la cocina de Pita y le dieron los buenos días, pero Pita no contestó. Sonreía apenas con expresión soñadora..
-Perdonen que no conteste a su saludo; estoy pensando en lo que acabo de descubrir- dijo Pita.
-¿Qué has descubierto?
-¡Una palabra nueva! ¡Una estupenda palabra!
-¿Qué clase de palabra?- indago Tomás con cierta desconfianza.
- Una maravillosa palabra. Una de las mejores que he oído en mi vida.
-Anda, dínosla, Pita- dijeron los niños.
-¡Palitroche!- dijo Pita triunfante.
-¿Palitroche? ¿Y qué quiere decir?
-¡Ojalá lo supiera!
-Si no sabes lo que significa, no sirve para nada- dijo Anita.
-Es lo que me preocupa- contestó Pita mordisqueándose el pulgar de la mano derecha.
-¿Quién dice lo que significan las palabras?- preguntó Tomás.
-Yo creo que se reunieron algunos maestros viejitos- dijo Pita-. Inventaron algunas palabras y luego dijeron: “esta palabra quier decir esto…”, pero a nadie se le ocurrio una palabra tan bonita como palitroche. ¡Qué suerte que haya dado yo con ella! ¡Y les apuesto lo que quieran que descubriré lo que significa! Quizá se le pueda llamar así al ruido que hacemos cuando andamos en el lodo. A ver cómo suena: “Cuando Anita anda en el lodo puede oírse una maravilloso palitroche…” No, no suena bien. Eso no es. Quizá es algo que puede comprarse en las tiendas. ¡Vamos a averiguarlo!
-¡A ver si podemos! Añadió Tomás.
Pita fue a buscar su monedero y lo llenó de monedas.
-“Palitroche” suena como una cosa bastante cara. Seguramente me alcanzará con esto.
Ya puestos de acuerdo, los tres salieron muy preocupados de la casa.
Llegaron a una pastelería.
-Quisiera comprar algunos palitroches- dijo muy seria Pita.
-¿Palitroches?- preguntó la señorita que despachaba-. Creo que no tenemos.
Entraron a una ferretería.
-Quiero comprar un palitroche- dijo Pita.
-¿Palitroche? Vamos a ver, vamos a ver si encuentro alguno- dijo el dependiente y sacó de un cajón un cepillo que entregó a Pita.
-¡Esto es un cepillo!- exclamó Pita muy enojada- , yo quiero un Palitroche. ¡No intente engañar a una inocente niña!
-Pues no tenemos lo que necesitas, niña, lo siento mucho.
-Lo siento… lo siento…- salió murmurando Pita, verdaderamente contrariada.
-¡Ya sé! Lo más probable es que se trate de una enfermedad.
Vamos con el médico.
-Quiero ver al doctor. Es un caso grave- dijo Pita.
Como se trataba de un caso grave, la enfermera los hizo pasar inmediatamente.
-¿Qué te pasa?- le preguntó el médico.
-Estoy muy asustada, doctor. Creo que estoy enferma de un grave palitroche. ¿Es contagioso?
-Tú tienes más salud que todos nosotros juntos- le dijo el médico-.
No te preocupes.
-Pero existe una enfermedad con ese nombre, ¿verdad?- preguntó ansiosamente Pita.
-No, pero aunque existiera tú no la atraparías jamás.
Pita, Tomás y Anita salieron de ahí bastante desconsolados. Iban con la cabeza baja, pensando que nunca encontrarían un palitroche.
De pronto, Pita gritó:
-¡Ten cuidado, Tomás, no pises ese animalito!
Los tres miraron hacia el suelo. El animalito era pequeño, con un par de alas verdes que brillaban como si fueran de metal.
-No es chapulín, ni grillo- dijo Tomás.
La cara de Pita se iluminó:
¡Ya sé! ¡Es un palitroche!- gritó triunfante.
-¿Estás segura?- preguntó Tomás.
-¿Crees que no voy a conocer a un palitroche cuando lo veo? Como tú no has visto ninguno en tu vida, no sabes reconocerlos. ¡Mi querido palitroche! Ya sabía yo que al fin iba a encontrarte. Hemos recorrido toda la ciudad buscándote, y estabas casi casi debajo del zapato de Tomás. Ven, te llevaré a casa y viviremos felices.
Wall E, las fuentes y los libros.
Esa película, materializó mis vagos pensamientos acerca de la posibilidad que existe en el futuro de que el ser humano tenga que habitar en otro planeta, o deshacerse de usos, costumbres, objetos...llegar al punto de tener que recomenzar desde cero; un desastre ecológico de enormes magnitudes; la incapacidad de entablar relaciones de persona a persona debido al uso de los medios audiovisuales y tecnológicos; una pandemia de obesidad debido a que las máquinas realizan por nosotros hasta el más mínimo esfuerzo...la convivencia con robots, que además pueden llegar a desarrollar una personalidad. Son cosas que quisiera vivir lo suficiente para ver (sólo a veces)
Y es que cada vez hay más cosas que antes tenían un uso específico, con importancia vital y necesaria en la vida diaria del hombre y ahora relegaron por completo su función. Por ejemplo, las fuentes. ¿Quién no ha visto una fuente? Sólo por contextualizar el ejemplo, la antigua Valladolid (hoy Morelia) en los años de 1785 y 1787 sufría de una drástica escasez de agua, la cual provocaba enfermedades e inconformidad en los ciudadanos, entonces se tomó la iniciativa para resolver ese problema, por medio del acueducto y las fuentes. Ahora toda esa infraestructura sólo sirve para almacenar basura, como elementos decorativos, ganchos turísticos o para lanzar moneditas y pedir deseos.
Así como habrá cosas de uso diario que desaparecerán o las veremos como piezas de un museo en unos cuantos años, también existen muchos enseres y menesteres de los cuales no me imagino el futuro. ¿Otro ejemplo? Los libros.
Yo sé que ya hay audiolibros, también hay descargas de libros digitales, sitios web como bookmooch, o los PDA pero... ¿dejarán de imprimirse libros? Pudiera ser una medida ecológica global pertinente. Quizá las nuevas generaciones ya no sabrán lo que es hojear paginas...O quizá puedan coexistir las antiguas y nuevas usanzas. Yo qué sé...
El futuro es una adivinanza, ya ni tan difícil de calcular.
domingo, 11 de enero de 2009
La internet y sus fiebres.
Me confieso momentáneamente adicta a ese último. Me gusta leer, me gusta comentar, pero evidentemente como a cualquier persona que tiene un blog, me gusta que me lean y me gusta que me comenten, para qué lo voy a negar.
Sin embargo, de todas las fiebres, esta es una de las más "productivas" porque es una especie de diario cibernético público. Aunque haya quién discuta lo anterior y por más sistematicidad le quiera dar a su página, termina escribiendo lo que hace un tiempo hubiera podido escribir de puño y letra, en una libreta oculta bajo llave para que nadie lo leyera.
Tener un blog es una experiencia muy benéfica en varios sentidos. Emocionalmente, te procura una manera sana de externar tus sentimientos: alegrías, tristezas, decepciones, ira.
Psicológicamente, te ayuda a conocer más de tus sentimientos, pensamientos, metas, estados de ánimo. Es una línea del tiempo gráfica por medio de la cual puedes llegar a establecer muchas conclusiones por tí mismo, ya que si lo llevas de mucho tiempo atrás, leer cosas que escribiste hace tiempo puede realmente sorprenderte y hacerte ver cuánto has cambiado a través del tiempo y de los momentos que has vivido.
Históricamente, te hace llevar un registro de los acontencimientos más importantes de tu vida, aquellas cosas que no quieres borrar de tu mente, ya que un texto escrito acerca de un acontecimiento importante fotografía las emociones y te hace recordarlas con todos sus detalles una vez que vuelvas a leerlo. Y aunque no lo crean, llevar un blog puede sacarte de muchos apuros en cuanto a información de tí mismo requieres después del tiempo.
A nivel literario, refuerza tu capacidad de expresión escrita, mejora paulatinamente tus aptitudes de redacción, ortografía, corrección, lectura y reescritura de tus propios textos. Esto puede ayudarte a comunicarte eficazmente en tu vida cotidiana y alguien que puede expresarse bien por escrito puede emplear esa arma en su vida laboral, académica, profesional, familiar y hasta amorosa.
Sin embargo comparto con María que uno de los motivos principales del éxito de esta nueva moda consiste en que los blogs son una forma de recibir afecto. Recibir muestras de interés en nuestros asuntos por medio de los comentarios...y ya no digamos un comentario ¡una visita! (los contadores de visitas se expanden como virus informático en los blogs) se siente nutrido el ego, se refuerza la autoestima, se experimenta un sentimiento de pertenencia o aceptación respecto de alguien o de varios, según sea el caso.
Quizá de todo eso viene el auge de los blogs, quizá por eso casi todos queremos tener un blog nuevecito lleno de comentarios relucientes que huelen a muestras de cariño cibernéticas, esas que casi no damos, pero queremos recibir.
¿Qué nuevas fiebres traerá el internet? Ya quiero ver la que sigue...
martes, 6 de enero de 2009
Postear
El sábado una amiga me pidió que le enseñara a realizar su “propia página” No sé mucho del asunto, así que nuestra primera actividad fue una charla sobre algunos “conceptos” con los cuales deberá familiarizarse tales como: blog, gadget, link, post… Después de crear su blog, le dije que “postearíamos” por primera vez.
-¿Qué idea tenías tú de lo que era “postear”? –le pregunté
-Me sonaba como a…bueno, andar en las esquinas, en los postes, lo que hacen las sexoservidoras. Si me entiendes ¿no?
Resaca vacacional
Este es mi primer post del año dos mil nueve. Y mis emociones están en un estado inerte, aletargado, abrumador.
Tengo la firme intención de disminuir la cantidad de tiempo que permanezco conectada a internet, pero este espacio es uno de mis vicios y disfruto el tiempo que paso posteando.
Este fue mi regalo de Reyes. Necesitaba un nuevo monitor para mi computadora de escritorio. Estoy contenta.
Se supone que para estar en el tercer párrafo, ya debería tener definido el tema, sin embargo los efectos del síndrome post-vacacional no me dejan pensar demasiado.
Mañana regreso formalmente al trabajo después de dos semanas de vacaciones decembrinas, me enfrento a la resaca vacacional y sus efectos me envuelven.
No me quiero quejar, pero estoy pasando por esa sensación de negación ante lo inevitable: regresar a trabajar. Y no porque sea floja, o porque no me guste mi trabajo. ¿No les ha pasado?
El peor momento de dicho fenómeno, es cuando te enfrentas a tu última noche (osea en este preciso instante) te pones todas las alarmas posibles para despertar a tiempo al día siguiente, no tienes idea de dónde pueden estar tus herramientas de uso diario, descubres con horror que es hora de enfrentarte a la enorme lista de pendientes que encajonaste el diecinueve de diciembre…
Te equivocas durante toda la semana escribiendo mal la fecha, durante ese proceso de acostumbrarte a escribir un año distinto. Te da hambre más tarde, tienes sueño toda la mañana. Se siente debilidad generalizada y una baja de las defensas, incluso tristeza. El carácter sufre ciertas deficiencias, en existe un fallo en ese biorritmo habitual así como una ausencia de motivaciones en el contexto de una vuelta a la vida ordinaria tras un periodo vacacional. Sí, es resaca vacacional.
Hace cinco minutos me llamó una amiga, que también está experimentando ciertos efectos de la resaca. Le conté de una inusitada molestia que tengo en el cuello, la cual me tiene algo preocupada, leí además, que los calambres en el cuello o la mandíbula son señales características de stress.
-Necesitas unas vacaciones- me dijo.
Sólo reímos.